miércoles, 13 de mayo de 2009

La Fábula del Viejo y la Rubia

Él era un viejo.
Ella era una rubia.
Él estaba en el punto álgido del deterioro físico y mental.
Ella estaba buena. No mucho, pero tenía un empotrón.
Él tenía pasta.
Ella tenía unos vaqueros muy ajustados.
Los hijos de él se oponían a la unión.
Los hijos de ella estaban esperando para venir.
Todo el mundo pensaba que el viejo se estaba equivocando.
Todo el mundo pensaba que la rubia estaba cada vez más buena.
El viejo estaba dispuesto a perder todo su dinero.
La rubia estaba dispuesta.
Los hijos no dejaban de dar el coñazo.
El viejo les reunió a todos y les dijo:
"Igual vais a comparar el venir a verme un rato, con lo que me hace la rubia".
Los hijos se callaron la puta bocaza.
El viejo y la rubia fueron felices.
Sobre todo el viejo.
Y la rubia también, qué coño.

Fin

7 comentarios:

dezaragoza dijo...

Ahhh qué grandeee jajajajaja

El Padrino dijo...

Siempre he dicho que eso de que los padres y los hijos sean colegas y tal no está muy bien. Los padres son los padres, y desde bien pronto hay que acostumbrar a los hijos a la verdad. Y la verdad se viste con vaqueros ajustados.
¿O no?

Miguel Molina dijo...

Jaja, el viejo fue feliz más que seguro.

Eso sí los que venían detrás quizás no lo tenína tan claro, no por la felicidad que pudiera tener o no su progenitor sino porque ya hay más gente para repartir cuando el viejo se vaya al otro barrio.

Saludos

EL INSTIGADOR dijo...

Tu mamón. Yo soy uno de los hijos del viejo y no me jode que se acueste con la Rubia. Ni que la Rubia le pele la cuenta. Lo que me jode es que podría haberme consultado antes de levantármela por la jeta.

Anónimo dijo...

Cachis.........si es que las rubias..........

Roberto Hasting dijo...

Rubia de bote....

Anónimo dijo...

Hombre, ponte en su lugar. Es que joder debe joder un rato. Jajaja

Un saludo.