lunes, 23 de marzo de 2009

El domingo fui a ver a los Killers.

Por circunstancias que no vienen al caso, ayer me hice cien kilometritos de ida y otros cien de vuelta para ver a los Killers, previo pago de cuarenta ebros.

Para rematar el planazo dominical, salimos pronto, porque se preveía un atascazo de muchos cojones, por haber sido el puente del día del padre, con el consiguiente regreso de los madrileños a sus jaulas.

Al final no fue para tanto, y llegamos con mucho tiempo de sobra. Ya había una cola importante para entrar en el palacio de los deportes, y ya empezaba a vislumbrar a mis compañeros de concierto: jovenzuelos con ridículos sombreritos, camisas que sobresalen por debajo de jerseys con tíos a caballo bordados en una teta, zapatillas olestars para parar un tren y gente con la marca de las gafas de esquiar. Te cagas.

¿Qué hacemos? mejor vamos a ir tomándonos unas cañas.Gambrinus: mal. No vuelvo. Dos cincuenta por una puta mierda de caña maltirada por una camarera amateur. La tuve que pedir las aceitunas al ver que a una vieja se las ponía y a nosotros no. Hija de puta.

Vamos a buscar otro sitio. Muchos bares cerrados (¿de qué van? Es domingo, coño); y nos metemos en una especie de templo a la patata frita. Camareros transatlánticos, cañas con patatas fritas con mayonesa y kechup de pincho y bocatas. Menos mal, copón, algo decente.

Dedicimos ir entrando al recinto y pagar tres cincuenta por latas de mahou en vasos de plástico. Venga vale, vamos a gastarnos aquí la de dios y me van a quitar en carné. Ya me pueden gustar estos maricas.

Pillamos sitio. En silla, claro. Comienzo a orientar mi oreja con fines exclusivamente literarios. Poca información suculenta. Boda en la moraleja, mis amigas van a ir de largo, mi tía bla, bla, bla, qué majo es tu primo... mierda puta. También escuché algo de Baqueira y tal, pero nada que me inspire demasiado. Igual a lo de la boda, si le meto algún capítulo de la despedida de soltera, con dobles penetraciones y tal, la cosa puede resultar. No sé. Ya veré.

Los Killers bien. Muy correctos, no se agachaban constantemente a por el cubata entre canción y canción, y pantallas, luces, pirotecnia, humos y demás espectáculos.

Me lo pasé de puta madre.

Chao.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues ya era hora. Porque digo yo que la vuelta te costó lo tuyo. Veamos: el 16 de marzo te duele el brazo: un día de reposo. Vale. Tienes que actuar para lo de la Gimnástica, no puedo ir porque se me puso un orzuelo en el ojo, y si aparezco con esa pinta me cobran dos entradas. Vale. Te vas a Madrid y vuelves. Vale. Y el veintitrés de vuelta.
Jo, macho, nos tienes un poco olvidados.
Por cierto, se te ha olvidado incluir una nota de sociedad con los ocupantes del palco VIP, porque digo yo que con tanto pijerío con el que rodeaste...
Y sentado en una silla.
Luego dicen de los rokeros

Anónimo dijo...

2,50 € y te quejas?
Tú sales poco, no?
Claro, la edad y eso.........se entiende.......

caotico_jq dijo...

Jeje... me ha encantado tu descripción de todo, en general, pero sobre todo del público en la cola previa (más elocuente, imposible).

Por cierto, la doble penetración en el capítulo hipotético de la boda me parece una gran idea.

anselmo dijo...

Se parece mucho a la música que escuchaba yo hace 25 años..No está nada mal, pero mis gustos van por ámbitos distintos. Eh, un momento, Menda te ha llamado Yayo