miércoles, 23 de septiembre de 2009

Sexo, drogas y R´N´R.

Sé que sólo os interesan esos temas.
No me extraña.

Pero en vez de orgías, intoxicaciones y desparrame, me he pasado el fin de semana espiando a dos viejas.
Estoy tocando fondo. Ya, ¿y?

Dos viejas sentadas en su balcón, cotorreando toda la puta tarde.
Yo fingiendo otros quehaceres en mi terraza, y con la oreja a pleno rendimiento.

-¿Pero era hija de él o no?
Aquí las dos se freían a datos para identificar a una determinada persona de la que estaban hablando por cualquier circunstancia (se habría muerto, o la habrían operado o algo así). Entre las dos podrían reconstruir cualquier árbol genealógico en cuestión de minutos.

-¿Quieres un ...? -aquí, donde están los puntos suspensivos, debería estar el objeto del ofrecimiento, pero no lo entendí. Supongo que la preguntaría a la otra vieja si la apetecía un güisqui, que para hablar de necrológicas siempre viene bien.

-¿Quieres un güisqui?
-No, mejor un yogur -contestó la otra vieja nada sorprendida porque su acompañante la ofreciese un güisqui a las seis de la tarde de un domingo. Igual no era un güisqui lo que la ofreció. Bah, fijo que sí que era.
-¿Desnatado natural o ...? -aquí tampoco entendí lo que debería ir en lugar de los puntos suspensivos, igual solo tenía desnatado natural y alargó la frase como indicando que había más opciones, aunque en realidad lo que hacía era disimular que lo único que tenía el frigorífico eran yogures desnatados naturales del Lidl.
-Me da igual, lo que tú quieras -contestó la otra vieja arrepentida por no haber aceptado el güisqui.

En este punto me metí en casa un poco avergonzado de espiar a dos viejas.
Aunque lo que más vergüenza me dio fue espiarlas tan mal, y no enterarme de la mitad de las cosas que se contaban la una a la otra.
De vez en cuando me daban ganas de gritar "¿Cómo dices?", a ver si alguna repetía la frase que acababa de decir; pero luego pensé que igual eran viejas, pero no gilipollas; así que me callé la puta bocaza y me metí en mi casa.

Pillé un yogur desnatado natural, le eché un chorrazo de Dyc, me descolgué por la fachada del edificio hasta alcanzar la terraza de mis vecinas, y la di el cambiazo a la vieja del yogur, a ver si con un poco de suerte empezaba a hablar más alto.

8 comentarios:

S. dijo...

Pero...estaban buenorras?si te ponen un pisito,dejate meter mano

anselmo dijo...

Creo que a las viejas les va más el anis

Anónimo dijo...

Te digo yo que es un mundo fascinante. Este verano me pasé varias tardes al fresquito con todo un grupo viejuno y hacía tiempo que no me descojonaba tanto.
-Aún sigo en terapia-.

El Padrino dijo...

Creo que deberías patentar el nuevo postre: yogur flambeado al güisqui tras reducción al aroma de eneldo protegido en burbujas de nitrógeno.
¿Y no hay foto del atrevido descenso?

Nadia dijo...

Jajaja. Bienvenido al apasionante mundo de los vecinos cotillas. Joer! Mi vecina del bajos te lo cuenta todo sin necesidad de espiarla. Ya cuando te ve va largando de lejos y a gritos si es cosa suya, y te hace un gesto de espía internacional si el cotilleo es del edificio.

Tengo un yogur caducado, crees que con qüisqui me lo puedo comer?

Anónimo dijo...

Pues anda que no se aprende con esas conversaciones de nuestros mayores....

Luc dijo...

La presidenta de mi bloque es una viejecita finlandesa de lo más coqueta que tiene dos perritos que no le llegan al tobillo.
Pues bien, esta viejecita trabaja de traductora para la policía amén de ser los ojos y oídos de la comunidad.
Imagínense los cotilleos en la puerta del portal. MOR-TAL.

Rubén D. Caviedes dijo...

Este blog es un descubrimiento, oiga, con su permiso le apunto a usted en mi blogroll o cómo se llame -como se llame el blogroll, no como se llame usted-.