viernes, 23 de septiembre de 2011

NAZI




Un colega, amante de los animales, me llamó nazi el otro día.

Lo de amante de los animales lo he puesto con toda la intención.
Aparte de la obvia referencia a los derechos de los amimales, he querido introducir algo más. Para que se joda.
Aunque en cierto modo es verdad. No hay que olvidar que somos de una generación que ha conocido internet después de tener que robar revistas porno en las que igual te encontrabas con actos de perpetuación humana, que con Cicciolina teniendo un encuentro con Ambassador Jack III, tricampeón en Ascot.

Al tema.
Me llamó nazi el muy hijo de puta por un mata moscas eléctrico que me he pillado.
Me jode.
No me jode que me llame nazi. Eso me da igual. Me molesta el haberme sentido culpable por freir a las moscas con mi nuevo juguete, porque os garantizo que no mueren inocentes. Solo intento electrocutar a las que me interrumpen la siesta. De verdad que a estas putas que te zumban en el oído y te despiertan rozándote la cara, después de haberse posado en todas las mierdas de perro del barrio, las mataría de una manera todavía más atroz si pudiera.
Y a veces se me escapan.

Al resto de moscas las perdono. Que entra una mosca en la habitación y no se me acerca, pues vale. Sin problemas. Paz y amor, hermana mosca... Te respetaré... No te preocupes... Conmigo estás a salvo, amiga chupamierdas... Eso sí, estás a salvo hasta que me empieces a joder... Y te juro por dios que estoy deseando que te me acerques para jugar un Roland Garros contigo... Lo estoy deseando...

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